domingo, 2 de marzo de 2008

La jovialidad 0.1

Cuando una lectura te golpea como un gong, y en el temblor, se te caen las pesadillas, y lo que es más duro, la costosa teoría que andabas construyendo. ¿Cómo llamar a eso. A esa "forma" de vida?
"Aun en el supuesto de la peor de las catástrofes, siempre subsiste una diferencia, como la que se da entre la luz y las tinieblas. En el primer caso, el de la luz, el camino va ascendiendo hacia reinos que están en las alturas, hacia la muerte en sacrificio o hacia el destino de quien sucumbe con las armas en la mano; en el segundo caso, el de las tinieblas, el camino desciende hacia los hondones de los campos de esclavos y los mataderos, donde unos hombres primitivos se asocian criminalmente con la técnica. En este último caso no hay destino, lo único que hay son números. O bien poseer un destino propio o bien tener el valor de un número: esa es la disyuntiva que hoy nos viene impuesta a todos y cada uno de nosotros, impuesta ciertamente a la fuerza; pero el decidirse por lo uno o por lo otro es algo que cada uno ha de hacer por sí solo. La persona singular es hoy exactamente igual de soberana que en cualquier otro periodo de la historia y aun es probable que sea más fuerte que nunca. Pues a medida que van ganando terreno los grandes poderes colectivos va también el ser humano quedando aislado de sus viejas asociaciones, de aquellas asociaciones que habían crecido de una manera espontánea; de lo único que el hombre sale garante ahora es de sí mismo. Y es ahora cuando se convierte en el antagonista de Leviatán, más aún, en su domeñador, en su vencedor."

Ernst Jünger. La Emboscadura. Barcelona, Tusquets, 1988. Página 68-69. Traducción: Andrés Sánchez Pascual. Título original: Der Waldgang (1951)

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