miércoles, 12 de septiembre de 2007

Todos los nombres de Adán 5: "la promesa de felicidad"



El deseo desatado de vivir y amar vuelve desde el otro como extrañeza y familiaridad a un tiempo, -¿die unheimlich, lo siniestro, de Freud?-. Sólo "la promesa de felicidad" mesiánica que transforma el regalo presente de la realidad objetiva, dejándola casi igual, pero completamente diferente, puede liberar un espacio-de-experiencia para que el amor, como experiencia fundamental pueda arraigar rizomáticamente, ascender al cielo peleado por la inocencia de hasta lo más pequeño, y expandirse en el gozar y el padecer el vuelo ontológico de una vida dedicada a hallar sin fin en la sabiduría perseguida preguntas valiosas para lo que vive.

Porque la resistencia de la objetiva brutalidad goza de un futuro prometedor, hacerlo más sencillo sería convertirlo en imposible.

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